jueves, 30 de julio de 2020

EL CREPÚSCULO DE LOS INMORTALES


LA LLUVIA Y EL VIENTO

Ha de volver el viento que movía los brazos
de aquel desaforado gigante quijotesco, 
en busca de las aspas que hirieron a facazos
al noble caballero tan audaz cual grotesco.

Regresará mañana armado con su lanza
para emprender de nuevo aquella vieja brega,
pero ni Don Quijote, ni el mismo Sancho Panza
cabalgarán unidos por la tierra manchega.

Ha de volver la lluvia para anegarlo todo
aunque no amainará la terrible sequía;
convertirá la arcilla impermeable en lodo
hasta encontrar la causa de la atroz herejía.

Regresará mañana guiada por Yahvé,
en forma de diluvio mostrará su potencia,
mas, no ha de hallar el arca que construyó Noé
porque también el tiempo dicta grave sentencia.

Ha de volver tu ira para hablarme de afecto
después de haber logrado cauterizar mi herida.
Un ideal de amor puede volverse abyecto
por más que en el pasado fuese voz de la vida.

Llamando con cautela regresarás mañana,
yo, sin duda diré: Es la lluvia y el viento.
Cerraré los cristales de mi opaca ventana
y seguiré escribiendo en mi íntimo aposento.

LECCIONES A MARGARITA DEBAYLE

Margarita recuerda a Darío;
consciente
que es su gozo un ensueño vacío;
presiente
que ha vivido en un cuento sombrío
y algente.
Margarita corrige el hastío.
Detente.

No pretendas lo imposible;
deja en paz aquel lucero.
Que tu espíritu sensible
siga dúctil y sincero;
que en tu infancia circunscrita
no se esconda ruin tabú;
educada y erudita
mi bendita
Margarita
no hay ninguna como tú.

Y del árbol de la vida
coge lo que esté a tu alcance
que la usura desmedida
puede ser un agrio trance.

Sigue recto sin demora,
no persigas espejismos;
desconfía del que adora
convencerte con altruismos.

¡No me mires de esa forma!
Tú esperabas otro cuento.
Mas... pretendo con mi norma
ilustrar tu fundamento.

Ten en cuenta mis consejos,
no les hagas caso omiso.
Aunque yo me vaya lejos,
desde el orco o paraíso
seguiré cual magnetita;
como el férreo bambú, 
a tu lado señorita,
en negrita
Margarita
no hay ninguna como tú.

Margarita recuerda a Darío
consciente
que es su gozo un ensueño vacío,
hiriente.

No ejercites tu libre albedrío.
Sé discreta, aplicada y decente,
por la senda que yo te confío
¡De frente!


NO VALE LA PENA

Guardé mi libro lleno de problemas,
las mates nunca se me dieron bien;
me colman la molondra de dilemas
y alcanzo los confines del desdén.

No se esfuerce, no tengo solución,
mi colosal incógnita me veja,
ya que mis días son la división
del total de una resta muy compleja.

No me humillo por senos ni cosenos,
áreas que no supe calcular;
ni cuando confundí el signo menos
y sin duda lo usé para sumar.

Al contrario que usted, mi profesor;
que conoce la pura matemática;
consigue despejar cualquier error
con suma perspicacia telepática.

Mas... deténgase, déjeme que acabe;
no sabré resolver una ecuación
pero mido un factor que usted no sabe:
¡Cuánto dolor alberga un corazón!

POEMA A FEDERICO

Acordes de guitarra resuenan en la Vega, 
junto a la noche inerme duerme cada fusil;
de entre un huerto de lirios la lívida labriega
tararea el Romance a la Guardia Civil.

Calla el inquieto viento para oír el Romance,
el sol, disimulado, se oculta atrás del pico
y el destino consigue que lo oscuro me alcance
para sentirte aquí, conmigo, Federico.

Y recordar tus ojos desollados de espanto,
tu sonrisa manchada de fatalismo puro;
ocultos en tu gracia, en tu divino encanto,
dentro resta el terror, ilegible, inseguro.

Pensar que estás durmiendo, un rato, todo el siglo;
esa mujer del sueño no pudo ser tu madre,
y sin embargo lucha en contra del vestiglo
para que en tu mejilla la grieta no taladre.

Te siento como brisa, partícula del viento,
ondeas por la plaza llamada "Del Campillo".
Te inquieta mi llegada y exhalas un lamento
que llega al firmamento en forma de estribillo.

Te veré en el famoso "Café de la Alameda".
 Llevaré el Romancero guardado en el bolsillo,
 pues ese verde nuestro quiero que me conceda:
 Recitarte en tertulia; en la del Rinconcillo.
                            

viernes, 2 de enero de 2009

CANT A LA MARE

Homenatge a la vida
bella imatge d´humildesa
déu la tinga beneïda
com si fóra una princesa.


La que no demana res
tot a canvi de l´amor
que li naix al rebre un bes
del que té pel seu tresor.


Els fills són com rierols
que a poc a poc van al mar
qualsevol camí és bo
si a tu ens ha de guiar.


Dues llàgrimes dels ulls
t´apareixen al anar-me´n
sens saber volguda mare
que mai vull abandonar-te.


Que em vas ajudar a ser
La persona que Déu mana
Per això el meu voler
sempre cap a tu emana.


Hui els teus cabells són blancs
pàl·lida la teva cara
què importa tot el físic
si duc la sang teva encara.


Mai res ens distanciarà
en la terra com al cel,
quan estigues lluny de mi
miraré el més bell estel.


Els fills són com rierols
que a poc a poc van al mar
qualsevol camí és bo
si a tu ens ha de guiar.

Lletra: Esther Castellet Alcacer Música: Jesús Vinuesa. Cantada per les Veus Torreblanquines. DEL LLIBRE "DEJADME SER POETA"

BORDADORA

Bordadora que bordas amores,
niña guapa y de cara gitana,
que vas bordando las rojas flores
que divisas desde la ventana.


Gitanilla morena y rendida,
tu piel es pálida y sin color,
y esa camisa verde y florida
pinta de alegría tu blancor.


Bordas de claveles los mantones
de lindos jazmines las cortinas;
bordas el cielo de corazones
y de estrellas brillantes y finas.


El viento guerrero está celoso
porque no le has bordado un clavel
y exclama con grito tembloroso
que nunca, jamás te olvides de él.


Tus dedos son como largos ríos,
la aguja te permite remar
por mil lugares desconocidos
bordados por tu triste mirar.


Campos bordados de mariposas
y entre las flores descansa abril;
en tu balcón ya nacen las rosas
perfumadas por el perejil.


A lo lejos se oye la campana,
su vocecita es dulce y divina;
la niña se asoma a la ventana
y ve a un peregrino que camina.


Las negras nubes besan el cielo
mientras la tarde medita muerta;
la niña está temblando de miedo
porque alguien llama a su oscura puerta.


No puede ser el viento guerrero
ya que hace rato que se ha dormido
en una gran cuna de romero
que bordó la niña con cariño.


En la oscura noche mentirosa
rezaba en voz alta aquella puerta
y la niña estaba cavilosa
escuchando tan enorme fuerza.


Finalmente ella decidió abrir
pero creía que un enemigo
llamaba para hacerle sufrir
o paliza sería el castigo.


Pero el que llamaba era un mendigo
Que cansado buscaba el calor
Que le prestaría algún amigo
Abriéndole su gran corazón.


-Gracias niña por dejarme entrar,
pues es duro dormir en el campo
más ahora que se va a adornar
de transparentes copitos blancos.

-Descanse hermano y no tenga pena,
descanse y recupere el aliento
que pienso prepararle la cena
y calmar su corazón sediento.


La mocita fue hacia la cocina
mientras aquel mendigo esperaba
con la vista roja y cristalina
y su tostada piel arrugada.


Volvió la mocita con comida
y con una botella de vino
y sobre una mesa carcomida
reposó los brazos el mendigo.


-Coma hermano, es todo lo que tengo,
un poco de pan con magdalenas
y ese horroroso y fiel sufrimiento
que no deja de andar por mis venas.


Pero, ¿Dónde ha dejado su ropa,
su chaqueta, bufanda o su abrigo,
que lo deja todo viento en popa
y no se da cuenta que hace frío?



-Nunca he podido comprarme nada,
pues mi cuerpo nunca ha ido vestido,
ni caminando por senda helada
he notado que tenía frío.


Aquella mocita le bordó
unos pantalones que tenía
y cuando terminó se los dio
con todo su cariño y alegría.


Bordadora, bordadora mía,
dueña de mi triste corazón
has bordado con tu corta vida
una vieja y perdida ilusión.

ESTHER CASTELLET ALCACER (POEMAS DE LA INFANCIA)DEL LIBRO MANANTIAL DE POESIA